viernes, 7 de febrero de 2014

¿Que objeto debo meter entre los dientes si alguien convulsiona?

Quien tenga familiares y/o amigos cercanos epilépticos y haya presenciado alguna vez un episodio de convulsión sabrá lo dramático que puede llegar a ser para los que están alrededor.

A pesar de que Hipócrates de Cos ya entendiera que la epilepsia era una enfermedad natural cuyo origen estaba en el cerebro y que Thomas Willis en pleno renacimiento profundizara en esta teoría(1), no es hasta el siglo XIX, con la aparición de la neurología moderna como disciplina médica, cuando deja de creerse definitivamente en un origen demoníaco o sagrado de dicha enfermedad. La ciencia descarta hoy sin ambages cualquier sombra de duda sobre el origen natural de la enfermedad, aunque no son pocos los sitios del orbe donde se siguen encontrando casos de exorcismos o la intervención de magos y brujos para tratar a estos supuestos poseídos, a veces con resultados catastróficos.


Jesús "exorcizando" en la sinagoga de Cafarnaum, S. XI
Para empezar, hay que mencionar que existen muchos tipos de epilepsia y se manifiestan de maneras muy diferentes, muchas de las cuales no son convulsivas. Las crisis o ataques epilépticos pueden entonces ser muy variadas y van, en el caso de las motoras, desde pequeños movimientos en algún grupo muscular de localización muy concreta y sin que la persona sufra ninguna alteración en su estado de consciencia, hasta las llamadas crisis generalizadas tonico-clónicas (antes llamadas grand mal) que son las que todos solemos tener en mente cuando pensamos en convulsiones.

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