sábado, 12 de enero de 2013

¿Sirven las vitaminas para prevenir el catarro?

Conocemos como Catarro a un proceso vírico (es decir, infeccioso) producido por al menos 200 tipos de virus diferentes. Sinónimos de esta enfermedad, que se caracteriza fundamentalmente por tos, moqueo, estornudos, malestar general, dolor de garganta, molestias oculares, etc, son: Resfriado, Enfriamiento, Coriza e incluso Romadizo y, en algunas zonas muy concretas se le llama Constipación (no confundir con el mismo término usado también para definir el estreñimiento, uso mucho más frecuente este último).

No debe confundirse este término con el de Gripe (o Gripa, como le llaman en algunos lugares de hispanoamérica), también llamada Influenza. Esta es también una enfermedad vírica, causada por un grupo de virus ARN (los orthomyxoviridae), de los cuales tres de sus géneros (los influenzavirus A, B, C) causan la enfermedad, que suele ser más seria y potencialmente peligrosa que los resfriados y que, además de los síntomas catarrales, suele acompañarse de fiebre elevada, dolores musculares y articulares, molestias digestivas y dolor de cabeza.



Las  Vitaminas, por su parte, son un grupo heterogéneo de sustancias que utiliza el cuerpo humano para realizar las más diversas acciones. Algunas de estas sustancias son imprescindibles para el ser humano y tienen como característica común no poder ser sintetizadas por el organismo, siendo obligatorio adquirirlas mediante la dieta. Generalmente se precisan dosis bajas de las mismas, que son casi siempre satisfactoriamente cubiertas con una dieta sana y equilibrada. Este hecho es importante ya que, excepto en circunstancias tales como la baja ingesta (malnutrición, dietas de pérdida de peso incontroladas, vegetarianismo estricto, dietas caprichosas, etc), algunas enfermedades (malabsorción intestinal, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades neoplásicas digestivas, cirugía bariátrica, alcoholismo), o el uso de fármacos que alteran la absorción de estas vitaminas (antioneoplásicos por ejemplo) u que pueden producir avitaminosis o hipovitaminosis, no es preciso utilizar suplementos vitamínicos de ningún tipo, siendo suficiente una dieta rica y equilibrada, que incluya una variada cantidad de frutas, verduras, legumbres frescas y productos lácteos para obtener las dosis mínimas recomendadas de cada una de las vitaminas (1)

Pero, ¿que tienen que ver las vitaminas con el resfriado o catarro?. Pues bien, se ha postulado que determinadas vitaminas pueden mejorar nuestra respuesta antes estas infecciones y reforzar "las defensas" de nuestro organismo para evitar caer bajo las garras del molesto moqueo, tos y estornudos. La historia de la relación vitaminas y catarros viene de lejos, siendo la famosa vitamina C el paradigma de la afirmación de que las vitaminas pueden evitar o al menos reducir la posibilidad de contraer este tipo de enfermedades. 



Afirmaciones semejantes han favorecido la presencia en el mercado de una notable cantidad de suplementos vitamínicos que prometen ayudar a evitar este molesto grupo de enfermedades. En gran parte el auge de dicha teoría corresponde a la notable figura de Linus Pauling, un prodigioso hombre de ciencia que por desgracia, en algún momento de su productiva vida intelectual, derivó hacia teorías fantasiosas y poco demostradas, como las de su archiconocida afición a recomendar megadosis de vitamina C para curar casi todo. Pauling publicó en 1970 un libro de divulgación titulado "La vitamina C y el resfrido común" que tuvo cierto éxito mediático y que goza de algún grado de  predilección entre sus seguidores. En este texto, Pauling explica sus teorías sobre las bondades de la vitamina C y su relación con los resfriados, recomendando el uso de suplementos de dicha vitamina para su prevención y tratamiento. Posteriormente los datos de sus estudios (que incluían resultados espectaculares para muchas enfermedades, incluyendo el cáncer) no pudieron ser reproducidos en su totalidad, cayendo el científico en descrédito.  

 

Pero ¿que es la Vitamina C?... El ácido ascórbico, como se llama dicha sustancia, es un cofactor enzimático que interviene en múltiples reacciones fisiológicas y que, entre otras cosas, interviene en la síntesis del colágeno, en la de los glóbulos rojos y en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Probablemente esto último ha hecho que las propiedades de dicha sustancia se hayan sobreestimado en lo que se refiere a su papel en la prevención y tratamiento de determinadas enfermedades infecciosas. Dicha vitamina está presente de manera natural en multitud de alimentos como las bayas rojas, el kiwi, los pimientos, los tomates, los cítricos (naranja, pomelo, limón), el brócoli, las espinacas y muchas otras. El alimento que más vitamina C parece contener es la ciruela kakadu, que puede llegar a tener más de 80 veces la cantidad que acumula la naranja. 

¿Qué hay entonces del papel que jugaría la vitamina C en la prevención del catarro?. Los estudios más recientes, que han sido evaluados en la revisión Cochrane publicada en Enero de 2013 (2), llegan a las siguientes conclusiones

- No se observa ninguna reducción de la incidencia de resfriados en la población general ligada a la administración de vitamina C, por lo que utilización de los mismos de manera rutinaria no estaría justificada. 

- Un cierto número de estudios evaluados (31 en total) mostró que el uso regular de suplementos de vitamina C puede generar una pequeña reducción de la duración de los síntomas del resfriado, pero su significación clínica no parece suficiente como para recomendar el uso sistemático de esta vitamina (en general, en los adultos los síntomas, de media, pasaron a ser de 12 a 11 días y en los niños de 24 a 22 días al año).     

- El único subgrupo que demostró cierto beneficio claro al ingerir suplementos de vitamina C en su dieta fue el de las personas sometidas a extenuantes sesiones de actividad física, sobre todo en condiciones de bajas temperaturas (corredores de maratón, esquiadores, soldados en campamentos de invierno), en las que la aparición de catarros se redujo notablemente. 

Como CONCLUSIÓN: los suplementos de vitamina C, consumidos de manera continua no parecen reducir la probabilidad de ser víctima de un catarro, excepto en personas sometidas a altos niveles de actividad física por periodos cortos. Tampoco parece que la escasa reducción en el periodo con síntomas de la enfermedad justifique un consumo de suplementos de manera continuada. 


Además de la vitamina C, hay otras vitaminas a las que se les ha atribuido propiedades preventivas respecto a los resfriados:

Vitamina D: Un reciente estudio realizado en nueva Zelanda(3) y publicado en JAMA en 2012, comparó los resultados de administrar suplementos de vitamina D a voluntarios sanos (en dos dosis diferentes y frente a placebo, es decir, sin administrar ninguna sustancia activa a este último grupo), sin encontrar diferencias significativas entre las personas que enfermaron en los diferentes grupos, ni en incidencia ni en duración ni en gravedad. Es decir, no hay evidencia de que la vitamina D prevenga o mejore los catarros. 
Previamente, en 2009, un artículo(4), ponía de manifiesto que la incidencia de catarros se incrementaba en personas con deficiencia de vitamina D, por lo que probablemente, esté indicado el uso de suplementos de vitamina D como prevención de resfriados en personas con deficiencias demostradas de dicha vitamina, siendo necesarios estudios más extensos.  

Vitamina E: si bien se habla de sus posibles efectos en la inmunidad y hay quien la recomienda para prevenir y o tratar catarros, la evidencia al respecto es nula. 

En definitiva, lo más razonable para prevenir los catarros es tener una buena y variada alimentación, mantener una buena higiene, evitando el contacto con personas infectadas y realizando un lavado de manos adecuado y frecuente y evitando en lo posible el estrés (fácil decirlo en los tiempos que corren)...

REFERENCIAS

(1) http://www.fao.org/docrep/006/W0073S/w0073s0f.htm
(2) Hemillä H., Chalker E. "Vitamin C for preventing and treating the common cold". The Cocharen Library.   Publicado online el 31 Jan 2013. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD000980.pub4/abstract 
(3) David Murdoch el Al. "Viamin D supplementation does not reduce rate of severity of colds". JAMA. 2012;308[13]:1333-1339.
(4) Ginde AA, Mansbach JM, Camargo CA Jr. "Association between serum 25-hydroxyvitamin D level and upper respiratory tract infection in the Third National Health and Nutrition Examination Survey". Arch   Intern Med 2009 Feb 23;169(4):384-90.



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